"Liberación" Elemento fuego (2012)
Óleo sobre lienzo 41x33
Con los fríos, lluvias incesantes y
ventiscas del invierno, nada mejor que un buen fuego. El calor de la familia, del
juego compartido, del chocolate caliente, del ardiente abrigo. La lectura en
calma, el silencio, el habla, la escucha. Las largas noches junto a las llamas recreándonos
en su danza pasional.
Tras el alboroto de la primavera, la
expansión del verano y el movimiento del otoño, es el momento de hibernar en la
oscuridad de la cueva para hacer balance y limpiar todo lo que el otoño, con su
ansia de tirar, romper, desechar lo que ya no nos sirve, lo viejo y lo caduco, ha
sacado a flote.
Y en el reposo de nuestra alma desnuda,
despojada de todo lo adherido a ella durante años, recogidos en el hogar, en
nuestro cuerpo, indelebles momentos de quietud sintiendo nuestro corazón, si
nos dejamos llenar por completo del elemento fuego y conectamos con su esencia
transformadora y vamos más allá de su embrujo hipnótico, de su calor acogedor,
si permitimos que actúe con todo su poder, quemando, renovando, convirtiendo en
cenizas todo lo que nos pesa, nos limita y nos impide crecer, más allá del viento
otoñal que arrastra, llegaremos a la verdadera trasmutación, como el Ave Fénix
que renace de las cenizas alcanzando la LIBERACIÓN.