Otoño, tiempo de interiorizar, de volver al hogar, al refugio de mi cueva bajo las profundidades de la tierra. Sostenida por las raíces de mi árbol, es momento de limpiar, de tirar lastres, de soltar lo viejo, lo caduco.
El viento sopla y se lleva todo lo que ya no necesitamos, lo que ya no sirve para avanzar, para crecer.
En esa oscuridad, en lo más profundo de mi tierra, se haya mi tesoro: piedras preciosas, brillantes, diamantes, zafiros,... la luz del corazón. Ése es el mejor lugar para escuchar a mi guía, mi intuición, mis ancestros, mi dolor, mis heridas, mi necesidad de sanación; creando, lágrima a lágrima, gota a gota, un río bajo mis pies, un cauce de Vida.
Y así, una nueva primavera, una nueva luna creciente, un nuevo día... Renacer!
Fuera; el viento, la noche, la oscuridad, luna menguante,
fase de Hechicera.
Dentro; la quietud, la luz, los tesoros, río de Vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario